Tú actúas yo respondo

Tú actúas, yo respondo.

Me encuentro contigo cada día, pero me gustaría hacerlo cada hora, cada minuto y cada segundo.
Me sonríes, y sonrío. Porque sólo con una mirada enciendes la llama, con solo una sonrisa, haces que yo también quiera sonreír.
Actúas de manera amable.
Me tocas, me abrazas y besas, pero siempre quiero más, nunca puedo saciar mi sed de ti por completo.
Actúo con picardía, y me alejo. Sé que vendrás, y yo espero. Impaciente, pero espero.
Me interesa esperar, dejar que vengas a mí, y me sigas el juego.
Tocas mi cuello con tus labios, y haces que suelte una pequeña carcajada. Paras, y continúas bajando lentamente. Ahora te paras en mi pecho y lo miras, te sonrojas y yo suspiro, y luego sigues tu camino.
Quizás hubiera sido mejor no empezar.
Te apresuras a recorrer mi cuerpo en tan sólo unos segundos, y yo me estremezco de sólo escuchar tu respiración correr a través de mis poros sudorosos, ansiosos de liberar adrenalina.
Te paras cerca de los pies, y aspiras. Un aroma a frutas pareces apreciar; y así es. Tengo pies con olor a vainilla, y te aceleras, quieres devorarlos como si de chucherías se tratasen.
Me encojo y me retuerzo. Y entonces subes de repente.
Frente a frente con mis ojos.
Los tuyos reclaman una recompensa, y sin pensarlo te beso, y no en los labios, si no en la mejilla. En esas mejillas aún coloradas; un beso apasionado pero dulce, cariñoso pero sensual.
Me llenas con tus caricias, y sólo con eso haces que te desee como lo hago.
Nunca pares de hacerme soñar, de llevarme a la utopía de mi mente. Porque si dejas de hacerlo, seré una pobre y triste chica, sin amigo y sin sonrisa.

Saa!