Siento un nudo en la garganta que no me deja respirar, algo va mal. Siento que todo se desmorona a mi alrededor, me derrumbo, pierdo el control. Siento que la rabia y el dolor fluyen por mis venas, haciéndome llevar cadenas. Siento que la sangre de mi corazón me corta la respiración, impidiéndome ir por mi camino, hacia mi destino. Siento que lo que al principio creí pasión se convirtió en dolor. Siento que mi alma pago un alto precio para más tarde tan sólo recibir desprecio.
Y todo esto lo sintió ella sola.
Nadie la ayudó a respirar.
Nadie hizo que recuperara el control.
Nadie hizo que el peso de esas cadenas fuera menor.
Nadie la guió.
Nadie la sanó cuando la pasión cesó.
Nadie pagó las deudas que dejó su alma y su corazón [...]
Tara.